Cambio de título

Este espacio cambia de título, esperándo que este sirva de guía a efecto de conocer la intencionalidad de nuestras aportaciones, esperando que el lema del colegio Instituto Educativo Alef: "Despertando la Conciencia a la Verdad", siga siendo la meta final de la lectura de las propuestas aquí descritas.

COLEGIO LEOPOLDO NARANJO DEL PROFR. MARIO ZAVALA

Este es el edificio de lo que fue el gran Colegio Leopoldo Naranjo, ubicado en Juan Escutia y Av. Colón, Monterrey N. L. dignamente dirigido por el Profesor Mario Zavala. Posterior a su fallecimiento el colegio dejó de ser lo que era y hoy solo podemos ver estas paredes testigos del avance educativo de tantas generaciones de alumnos y alumnas exitosos de los años 60´s y 70´s.


El director del INSTITUTO EDUCATIVO ALEF, Rogelio Hernández, cursó ahí primero y segundo de primaria, quedando de manera imborrable en su mente el profundo, inteligente y cálido trabajo del Prfr. Mario, dicho trabajo fundamentado en conocimientos y una íntegra vocacion magisterial gestó, de alguna forma, los principios pedagógicos fundamentales de lo que hoy existe en el INSTITUTO EDUCATIVO ALEF. Gracias al Profr. Mario Zavala y al "COLEGIO LEOPOLDO NARANJO" por su aportación a la construcción de un México de libre pensadores.

Pedagogía de la Ternura.

Nuestro modelo pedagógico instrumentado en nuestras actividades escolares tiene un alto contenido de una de las teorías más aceptadas, pero difícilmente llevada a la práctica, nos referimos a la "Pedagogía de la Ternura".  Por esta razón hemos concientizado a nuestro personal docente para llevar a cabo sus funciones bajo este fundamento.

Este fundamento teórico consiste en:

• Mantener una relación empática docente/alumno, independiente del aprovechamiento académico.
• Favorecer las condiciones de armonía en el ambiente social del ámbito escolar.
• Prevalecer de manera insoslayable los conceptos de seguridad y respeto, en toda actividad escolar.
• Promover valores no convencionales de la cultura popular como la misericordia, la humildad (bien comprendida), la cortesía, la magnanimidad y por supuesto, el amor.
• Generar en los alumnos y alumnas una autoestima equilibrada, que les permita valorarse a sí mismos y a los demás como personas únicas, valiosas e irrepetibles.
• Favorecer el concepto de excelencia, entendida como el acto supremo de participación social en beneficio propio y de los congéneres.
• Encontrar las inteligencias múltiples e individuales de cada alumno y alumna para ser favorecidas y desarrolladas exitosamente en las actividades áulicas.

Este camino requiere de un portentoso esfuerzo creativo del docente, acompañado de una estrecha y cordial relación binaria, ESCUELA/FAMILIA.   Solo así será exitosa, eficaz y eficiente la pedagogía de la ternura.