viernes, 31 de julio de 2020

domingo, 13 de agosto de 2017

Enfoque Humanista: El paradigma humanista en la educación.

Enfoque Humanista: El paradigma humanista en la educación.: La educación tradicional es partidaria de la enseñanza directa y rígida, predeterminada por un currículo inflexible y centrada en el profe...

miércoles, 2 de agosto de 2017

7 sugerencias para profesores de matemáticas - Desarrollo del pensamient...

Interesante propuestas del Dr. Héctor Flores C. con quien coincidimos plenamente.



lunes, 5 de diciembre de 2016

Panel de discusión con ExAlefs

domingo, 4 de diciembre de 2016

miércoles, 26 de octubre de 2016

¿Porqué evaluamos en ALEF?

En las escuelas existe una gran cantidad de mitos, que se consideran verdades, y que jamás se cuestionan, solo se aceptan porque han existido desde siempre.

      Uno de esos mitos muy arraigados es el de pensar que los errores son contraproducentes, fatales, negativos, reprochables, deleznables, temibles y condenables para el correcto proceso de aprendizaje de los alumnos de educación básica.    Lo deseable es que jamás haya errores en las actividades humanas, tampoco es deseable en el ámbito educativo; PERO, es imposible evitarlos porque nuestra naturaleza humana es siempre perfectible.

      Por tanto, aceptemos nuestra naturaleza y aprendamos de ella; es decir, aceptemos que podemos y debemos apreder de los errores.  Al aceptar los errores, los entenderemos como una oportunidad de aprender.

       La mejor forma de aprender de ellos, es a su vez, aprender a medir los errores y también los aciertos, para que así podamos perfeccionarnos recordando que si algo puede ser medido, puede ser mejorado.   Al controlar la calidad de nuestras acciones, podremos ser mejores en todo, y especialmente en el ámbito escolar podremos mejorar, aprendiendo de nuestros errores.

       En éste ámbito el control de la calidad se llama evaluación, y ésta tiene cuatro funciones que debemos conocer a efecto de que aprendamos de los necesarios errores.




FUNCIONES DE LA EVALUACIÓN


1. Función de Credencialización

 Esta razón de ser de la evaluación es la más conocida, es la que permite que un alumno apruebe un curso, que un universitario obtenga su título de grado, o que un alumno de preescolar ingrese a primaria.    Sin embargo, está función es la menos importante desde el punto de vista pedagógico, ya que no aporta nada al proceso de aprendizaje al alumno, solo pervierte la intención del porque estudiar, muchos jóvenes piensan que se preparan para el examen y olvidan que su preparación es para la vida, para la construcción de sus personas.



2. Función motivacional
Según el Dr. Héctor Flores, catedrático de la FCFM de la UANL y organizador de las Olimpiadas de Matemáticas los seres humanos, antes que ser racionales, somos emocionales.  Por ésta razón olvidada por el sistema escolar tradicional que se enfoca en la promoción de aprendizajes memorísticos, en lugar de generar una relación empática docente - discente que ayude a entender el proceso de evaluación como parte integral del proceso educativo, en el cual la evaluación debe ser la oportunidad de motivar al alumno a mejorar.
      Lo anterior solo se logrará si la relación entre el maestro y el alumno es cordial, sincera y honesta, de tal manera que cualesquiera que sea el resultado el alumno se sentirá motivado a mejorar su esfuerzo o mantenerlo en su proceso de aprendizaje.



3. Función de retroalimentación
Si todos los involucrados (alumnos, padres - madres, docentes, directivos, autoridades educativas)   están conscientes que errar es de humanos, y que sobreponerse es de quien desea ser mejor la evaluación tendría como razón de ser fundamental la de proveer información para la mejora continua a todos los actores del proceso educativo.




4. Función de aprendizaje
Todos los que hemos cruzado por las aulas como alumno sabemos la carga emocional que implican los examenes, esta carga emocional puede reorientarse hacia una festividad, donde no exista el temor porque la razón prioritaria de la evaluación no debe ser la primera que se menciona en éste artículo, sino la de mejorar el proceso de aprendizaje.
      La mejor manera de reorientar el proceso de aprendizaje será convencer al alumno de enfrentar los examentes con la actitud de que solo es otra oportunidad diferente de aprender.  

Es conveniente recordar que la evaluación no solo implica contestar examenes escritos, deben existir más instrumentos de evaluación para que ésta sea correcta.  Los instrumentos de evaluación será materia de otro artículo posterior.

      Para enriquecer lo anterior conviene recordar a María Montessori: "Una prueba de lo acertado de la intervención educativa es la felicidad del niño".



Bibliografía

GIMENO SACRISTÁN, J.; (1998); "Comprender y transformar la enseñanza"; España; Editorial Morata; pags. 334-397.

GUERRERO BENAVIDES, Juan Ignacio; "El error como una oportunidad de aprendizaje desde la diversidad en las prácticas evaluativas"; Plumilla Educativa.  pp 361 - 381.

SM MÉXICO; "6 Funciones de la Evalución"; 20 Nov 2014; http://ediciones-sm.com.mx/?q=blog-6-funciones-de-la-evaluacion-educativa

HERNÁNDEZ ESCAMILLA, M. Rogelio; "El Mito de la Evaluación", 25 Enero 2010; https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=743843640500389274#editor/target=post;postID=8672458211714739604;onPublishedMenu=overview;onClosedMenu=overview;postNum=2;src=postname






sábado, 8 de febrero de 2014

¿Plagio o evasión de responsabilidad?

A finales del año pasado, el gobierno federal promocionó la reforma educativa con diversos spots publicitarios donde mencionan la siguiente frase: "Yo pienso que no es el qué país, le vamos a dejar a nuestros hijos. Sino qué hijos, le vamos a dejar a éste país".


     Haciendo una extrapolación a la famosa frase de John F. Kennedy: "No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país"en el Instituto Educativo Alef desde sus inicios (2003)  hemos proclamado la siguiente frase que sustenta, en cierta medida, nuestro quehacer educativo escolar:  

"No te preguntes qué clase de México le voy a dejar a mis hijos, mejor pregúntate: ¿Qué clase de hijos le voy a dejar a mi México?"

     En nuestro corazón deseamos que la mayor cantidad de personas se beneficie de nuestras iniciativas y dado que nuestro presupuesto no ha permitido registrarlas; queremos informar, teniendo a nuestra comunidad educativa de testigo: Que al menos desde septiembre del 2012 existe en el Instituto una manta con la frase arriba mencionada, recordando, por otro lado, que en diversos eventos con nuestra comunidad educativa la hemos mencionado reiteradamente.


     Lo importante de todo ésto, no es quién la mencionó primero, sino quién la está aplicando correctamente.   

     La idea implícita en ésta frase considera que el esfuerzo por el avance educativo, y en nuestro caso, por el desarrollo humano integral, viene por el trabajo realizado en la parcelita de México que tenemos a nuestro alcance: NUESTRA FAMILIA.            Es deseable la mejora global del país, pero ésto se logra con la suma del trabajo posible en cada familia.  Sin embargo, cuando ésta frase la menciona el gobierno federal, existe una incongruencia.   Aunque utiliza la voz de una madre de familia, es en las manos del propio gobierno donde recae el más  importante peso específico para obligarse a preguntarse y responderse con toda validez: ¿Qué país le voy a dejar, como gobierno, a ésta y a las futuras generaciones?

     A nuestro gobierno sí le cabe ésa pregunta, a las instituciones educativas y a  la sociedad civil, nos queda como responsabilidad histórica preguntarnos: "¿Qué clase de hijos le voy a dejar a mi México?".   Deslindemos responsabilidades.