viernes, 23 de octubre de 2009

Sesión 1: “La Autoestima”


Para comprender la intención que nos mueve a promover el concepto de la autoestima, tanto en adultos como en niños, es necesario tomar una fotografía fidedigna de nuestra persona, de tal manera que se nos revele cada una de nuestras virtudes, y además, el relieve a detalle de nuestras áreas en desarrollo.
Solo así, podremos enfrentar eficazmente a nuestros retos, a nuestros temores, a nuestros recuerdos, a nuestros “enemigos” y de manera enfática, podremos apreovechar el máximo potencial de nuestras fortalezas.
En todo sistema educativo, que se precie de ser constructivista, deberá fomentar en sus alumnos lo que la UNESCO a dado en llamar los “cuatro pilares de la educación”:
1. Aprender a aprender (Conocimientos teóricos: aritmética, física, español, etc.).
2. Aprender a hacer (Habilidades prácticas: lectoescritura, motricidad, etc.).
3. Aprender a convivir (Convivencia social).
4. Aprender a ser (Ser uno mismo, dentro del marco de su personal individualidad).
En el mensaje de fin de cursos del ciclo 2008/09, de nuestro instituto, el doctor José Antonio Mejía Ayala, mencionó que el pilar más importante y trascendente a construir en la niñez, inclusive, aún a costa de los otros tres es: el de aprender a ser.
Los niños se aprecian a sí mismos como felices, debido a que son valorados y tratados bajo este constructo, su nivel de autoestima toma la posición de equilibrio que permite enfrentar, exitosamente, el máximo reto del desarrollo educativo, que es la propia construcción de su identidad personal.
La herramienta que aprendimos a utilizar en la primera sesión del Taller de Reingeniería Educativa en el Hogar es: valorar a nuestros hijos dentro de la delgada frontera de reconocer, a cada uno de ellos, como alguien especial, pero especial no porque sea mejor que otros, sino porque es único e irrepetible.